Es por ello por lo que el modelo convencional de educación superior enfrenta un creciente escepticismo tanto por los estudiantes, como por los empleadores que buscan personas con certificaciones más ad hoc a sus necesidades. Personalidades como Elon Musk de las empresas Tesla y Space X, señalan de manera controversial que no es necesario ir a la universidad para desarrollar habilidades que ayuden a resolver problemas. Por otro lado, existe una tendencia de micro credencialización en donde los estudiantes ante una situación económica adversa buscan capacitaciones y cursos que se traduzcan en fuentes de ingreso de corto plazo.
Todo lo anterior hace necesario buscar soluciones viables a estos retos y para ello se requiere abandonar supuestos sobre la forma en la que deben operar las Instituciones de Educación Superior (IES). Los planteamientos deben ofrecer mayores niveles de flexibilidad en la formación profesional sin abandonar los valores centrales educativos de que cada estudiante merece en la medida de lo posible una atención y formación integral que les de cimientos para la vida y no sólo habilidades de corto plazo. Es importante rechazar soluciones que tienen que ver con maestros reemplazados por robots e inteligencia artificial, tomar todas las clases en línea, o demonizar las humanidades. Un equipo de profesores investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) sugiere que las
Nota original: El imparcial